La llama Olímpica de la juventud sigue recorriendo Argentina para difundir los valores de respeto, amistad y excelencia. Hace unos días fue el turno de San Fernando del Valle de Catamarca, donde el fuego sagrado realizó su novena escala y protagonizó otra multitudinaria celebración.

A solo 35 días del comienzo de Buenos Aires 2018, el espíritu Olímpico invadió las calles de la capital catamarqueña, con una fiesta que incluyó shows musicales y contagió a público de todas las edades.

En el trayecto de un kilómetro participaron 13 relevistas. El traslado del fuego sagrado se inició de la mano de Salomé Ávila, una promisoria judoca de 17 años, que en el 2017 ganó el Apertura en San Juan y este año compitió en el Panamericano de La Paz.

El momento más emotivo de la jornada se produjo en el encendido del pebetero sobre el escenario de la Plaza la Alameda. El encargado fue el ciclista Valentín Castro, que tiene apenas 13 años y se destaca en la categoría 2005, en la que se consagró campeón argentino de ruta en San Luis.

Otros cuatro deportistas catamarqueños estuvieron presentes en el relevo: Martina Villagra (gimnasia artística), Meliza Prevedello (única mujer piloto de rally), Eloy Daniel Nieva (de la selección de Goalball adaptada) y Jesús Maza (histórico atleta de la ciudad).

"Fue un placer llevar este símbolo del deporte. Estoy muy emocionada por lo que me tocó vivir. Cuando lo vi a mi papá y mi mamá frente a la Catedral se me llenó el alma; gracias a todos lo que hicieron posible este momento", comentó Meliza.

Ahora esperan el fuego sagrado en Mendoza, San Juan, Córdoba, Neuquén, Bariloche y Ushuaia. Antes del regreso a Buenos Aires, para la ceremonia de apertura del 6 de octubre, visitará 17 ciudades y completará 14.000 kilómetros.