El Rally Ciudad de Villa Dolores, que iniciará el próximo viernes, significará la segunda competencia para Fernando Daparte desde el estreno de su nuevo Ford Fiesta de la clase RC5, donde tuvo una prometedora y progresiva primera temporada. Con solo 18 años, el cordobés asegura que trabaja continuamente para aprender y mejorar su conducción, hoja de ruta y el desarrollo del nuevo coche, para ser protagonista en 2023.

Daparte es sinónimo de rally. Con tres miembros actualmente en Rally Argentino, se trata de una de las familias más comprometidas y dedicadas a este deporte, donde Fernando emerge como el talento de nueva generación, bajo la guía de su padre Ricardo “Chueco” Daparte, quien actualmente es uno de los favoritos al título de la Copa Senior.

Si bien debutó en General Madariaga con 17 años, Fernando tuvo una progresiva curva de aprendizaje, primero con un Ford Ka y actualmente con un Fiesta, dentro de una competitiva clase RC5 en la que completó seis de las ocho carreras que disputó y logró dos destacados top 5 en La Rioja y Catamarca.

Pero, incluso si aún resta el Rally Ciudad de Villa Dolores por delante, el joven de Cruz del Eje sacó un balance positivo de la temporada junto a Lucas Martin, su navegante.

“Fue un año muy importante para mí y para Lucas, porque se trató de nuestra primera temporada en Rally Argentino. Desde el principio, nuestro objetivo fue terminar cada una de las carreras, para aprender cómo eran los pisos y cómo gestionarlos. Todo, pensando en 2023, que es cuando queremos aprovechar el nuevo Ford Fiesta, que acabamos de estrenar y que está a la altura de los demás autos”.

Pese a que un error de concentración lo llevó a romper dos neumáticos y quedar sin repuestos disponibles en el último Rally de Entre Ríos, Fernando Daparte se mostró tranquilo y dispuesto a extraer el aprendizaje de esta experiencia.

“Al ser nuestro primer año, nos estamos tomando las cosas con mucha calma, para poder aprender. Ahora, ya sabiendo cómo son los caminos del sur y de la llanura de Buenos Aires, creo que 2023 va a ser una muy buena temporada para nosotros, sobre todo con el auto nuevo”.

Respecto de las virtudes que adquirió este año y que más satisfacción le generaron, el cordobés dijo: “Aprendí a confiar mucho en Lucas, quien me llevó siempre a un muy buen ritmo. También, supe comenzar a mantener la cabeza fría y la mente tranquila en situaciones difíciles, además de trabajar mucho para afianzar la hoja de ruta”.

Pero, ¿qué hay del mayor cambio que Fernando Daparte debió afrontar? En su transición desde el Ka al Fiesta, el piloto de Cruz del Eje parece no haber lidiado con diferencias significativas en términos de peso y distancia entre ejes de ambos vehículos. Sin embargo, el joven de 18 años asegura que, pese a ser muy sutiles, las diferencias de performance se han dejado sentir en el inicio de una nueva curva de aprendizaje.

“Lo primero que noté fue la diferencia de potencia. El Ka tenía treinta caballos menos respecto al Fiesta y eso nos limitaba un poco. Pero, éramos conscientes de eso, así que nunca nos desesperamos por presionar más de la cuenta”.

“Otra cosa que notamos es que el auto nuevo tiene un chasis más grande y pesado. Si bien es más rápido, la diferencia de peso se siente bastante. Antes, tenía un muy buen nivel de confianza con el Ka, del cual siempre digo que era tan resistente como un tanque de guerra. Además, en cada carrera sentí que era tan divertido de manejar, como un karting”.

“Pero ahora ya es momento de seguir probando y conociendo el Fiesta, para entenderlo mejor. Hasta el momento, siento que incluso es más resistente al Ka con respecto a los toques o golpes contra el camino. Por supuesto, apenas completamos un solo test y todavía nos falta sacarle más provecho al auto, especialmente en amortiguadores y electrónica, que son dos de las áreas más importantes”.

“Creo que, para la primera fecha del próximo año, ya vamos a tener listo el auto y estaremos preparados para pelear por las carreras. Seguramente, a medida que transcurra la próxima temporada, vamos a ganar más confianza con el coche”.

Al momento de hablar del valor agregado que aportó su navegante, Lucas Martín, el piloto de 18 años dijo: “Somos amigos desde la infancia, cuando ninguno de nosotros corría y solo íbamos a las carreras para ver a mi papá. Entonces, como nos conocemos muy bien, sabemos cuándo cada uno de nosotros está al 100% y ese es un nivel de confianza y de relación que no se alcanza en una sola carrera”.

“Creo que eso nos ayudó para afianzarnos entre nosotros. De hecho, cuando no tengo clara alguna curva en la hoja de ruta, Lucas me ayuda mucho y me da su punto de vista. Entonces, eso aporta a la confianza que tenemos entre nosotros”.  

Aún así, Fernando Daparte también reconoce que el legado y la herencia de su familia ha sido clave, para transmitirle el deseo de convertirse en piloto y los primeros conceptos que fueron adquiridos en sus inicios al volante de un coche de rally.

“Conocí los autos de carrera y empecé a hacer la hoja de ruta gracias a mi papá. Pero, todavía sigue enseñándome mucho. Cuando tengo dudas con algunas curvas, lo consulto con él, porque adquirió una visión a través de la experiencia y ahora trata de transmitírmelo a mí, que estoy empezando en este deporte. Por eso, es un privilegio haber tenido su compañía en todas las carreras de la temporada”.

“Sergio también me enseñó mucho en cuanto a la hoja de ruta y de hecho, corrió conmigo en mis primeras carreras. Tanto él, como mi papá son dos pilares con quienes estoy agradecido, porque me han ayudado a sentirme cómodo”.

Pero, incluso con la guía de su familia, Fernando Daparte describió cómo empezó a tomar vuelo propio, para desarrollar su mejor hoja de ruta, de acuerdo a sus nuevas influencias. “Ahora tengo un nuev sistema de notas, más moderno y distinto al clásico que usa mi papá, con escala del 1 al 8, donde 8 es para la curva más rápida”.

“Pero, a partir de ahí, hago mis propias anotaciones: poco rápida, rápida, muy rápida o agrego signos ‘más’ o ‘menos’, además de otras palabras como ‘corta’ o ‘se cierra’. También, suelo mirar muchas cámaras, especialmente de Dani Sordo y Marco Bulacia, porque usan un sistema de notas muy parecido al mío, y no quiero olvidarme de Pablo Olmos, quien también me ayudó mucho sobre lo básico de la hoja de ruta”.