Warning: mysqli_free_result() expects parameter 1 to be mysqli_result, null given in /home/rally/public_html/amplia_noti.php on line 314
Rally Argentino DirecTV
   Rally Argentino DirecTV ACA FIA CDA
   NOTICIAS
Giammaría escucha con atención las indicaciones y los consejos de Villagra y de Nico Díaz, quien fue su navegante en esta experiencia.
   
Una experiencia piloto
 
24/04/2016 |
Federico Giammaría, periodista del diario La Voz del Interior, se animó a manejar el Ford Fiesta Maxi Rally del "Coyote" Federico Villagra. A continuación, compartimos sus sensaciones:

"¿Dónde está el velocímetro?", fue lo primero que pregunté cuando me senté en el Ford Fiesta Maxi Rally de Federico Villagra. "El Coyote" revoleó los ojos. "¿Qué velocímetro? Vamos hasta donde da el auto", contestó. Pobre, campeón, tener que explicar cosas obvias a un neófito. Un simple espectador que iba a ponerse al comando del bólido con el que compite en el campeonato nacional. Guerra de nervios entre el periodista y el campeón. Quién soportará mejor.

Invitado por YPF, uno de los sponsors de Villagra, un periodista de Mundo D aceptó conducir el auto del "Coyote" en la pista de la "Fortaleza" de Oreste Berta. El desafío era transmitir las sensaciones que tan bien conocen los pilotos. Un pequeño curso, acelerado, sobre el otro lado del Rally.

"Si te perdés en el desierto, encontrás un WRC (los que corren en el Mundial) y querés encenderlo, no podés. Es imposible para alguien que no conoce", alerta Villagra. "En cambio, un Maxi es parecido a un auto de calle", agrega. Sí, uno de calle con un hierro de casi 30 centímetros palanca de cambios, tres pedales que parecen de mármol y una butaca que, si uno pesa más de 70 kilos, se convierte en un corset casi de tortura.

"Date una vuelta", invita el múltiple campeón. Para eso hay que meterse en el habitáculo haciendo contorsiones, porque el manejo será en un pequeño sitio rodeado de caños que forman la jaula de protección, y frente a un volante colocado más atrás de lo normal. ¿Auto de calle? Sólo en los papeles.

Lo primero es atarse a la butaca. Butaca que envuelve al piloto con laterales que suben a los costados de las piernas y que aprietan sin piedad. A eso, se le suman los cinturones de seguridad, por abajo y desde los hombros. "La idea es que estés aferrado al asiento, que el cuerpo no pueda moverse, para soportar los golpes de la carrera y evitar daños, si hay un accidente", explica "el Coyote". Será una experiencia tan mental como física.

"Ahora, apretá el botón rojo y arrancá", es la siguiente lección. Nervios. Por la certeza de que todo comenzará con un papelón. Certeza que se cumple. No hay manera de encender el auto. "Acelerálo", sugiere Federico. No hay manera. El acelerador es pétreo. Hay que pararse sobre el pedazo de metal para que responda. Al final, responde.

"La caja es secuencial. Para subir las marchas, tira para atrás la palanca y para rebajar, empuja hacia adelante", ordena Villagra. Al lado, escucha Nicolas Díaz, piloto que viene de ganar del Gran Premio de Carlos Paz. Nico será el navegante. Pero, ¿qué es secuencial? Nada de los cambios en "H" que se hacen en el coche familiar. Todo es fuerza y precisión.

Ahora habla Díaz, mientras señala el freno de mano: otro caño de dimensiones con tubos que llevan vaya a saber qué líquidos hacia vaya a saber dónde. "No lo toques", advierte. Ok, todo mentalmente ordenado. Acelerar, poner primera, no tocar el freno de mano y salir.
El auto responde. Ronronea, despidiendo un ruido seco y metálico. Más acelerador. El Ford, que ya parece un amigo, invita al cambio a segunda (no hace falta pisar el embrague). Tensión. Porque el ronroneo se convierte en tos y el cuerpo comienza a sufrir pequeñas convulsiones por bruscas aceleraciones y desaceleraciones. Ya no hay control. ¿Qué hacer?

Un par de vueltas aferrado al volante. Los músculos de los brazos en tensión permanente y los de las piernas, contraídos para mantener la presión justa sobre los pedales (sobre todo, en el freno que, sí, también es de piedra).

La combinación agobia. Un Maxi Rally está preparado para salir disparado en cuestión de segundos (lo demostrará Villagra luego), pero bajo la conducción de un mortal es una bomba nuclear en un jardín de infantes.

"¿Te gustó?", pregunta "el Coyote" al final de la faena. Difícil de responder. Tanta potencia a merced de un profesional debe ser un vicio. Pero ante un novato, esa bestia que combina dificultad física, concentración mental y universo de botones hace que la experiencia sea inolvidable, algo aplastante e irrepetible.
 
 
 
NOTICIAS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
   Concepto